miércoles, 19 de enero de 2011

Primera Perdida


Aquí algunas palabras que escribí hace años, y aún sigo sintiendo la misma pena:

Te llevé la flor como te lo prometí, aunque sólo era una más entre las muchas que tenías.
Es una maldita pena que le hablo a nadie que sólo trato de engañarme pensando que puedes oírme. A veces quisiera creer en dios, y ver lo lindo de esta mierda de vida creer que estas en algún lugar del cielo mirando y cuidando a quienes querías y te queríamos.
El solo recordar que ya no existes hace que mi corazón se rompa...
A veces aún pienso que voy a andar caminando por ahí y te voy a ver, y saludarte, tratando de simular que nada hubiese pasado...

TE AMO YENNY

Un día me levanté con la misma flojera de siempre, llegué al colegio a la misma hora de lo normal, weviando con mis compañeros y amigos mientras esperaba a que llegara mi polola, me había enterado que hace unos minutos hubo un accidente cerca de donde vivo, mi polola se retrasaba cada vez más, es ahí cuando me llegó un mal presentimiento, no necesariamente por ella. Nadie lo comentaba pero todos tenían en mismo presentimiento, entramos a clases, con un cierto miedo pero sin darle mucha importancia aún.
llegó mi polola y hubo una sensación de relajo en mí, pero no duró mucho, en pocos instantes a una compañera le avisaron que el accidente aquel había sido de un colectivo con una micro, y que el colectivo era el de lobito, en ese momento hubo un miedo en todos los alumnos que estábamos en la sala de clases porque sabíamos que lobito era el papá de nuestra compañera Yenny y ella siempre se venía al colegio con él, el miedo aumentó cuando supimos que otra compañera (la Pancha) se había quedado en la casa de la Yenny la noche anterior, y lo más probable es que haya venido en el colectivo también, nuestro miedo aumentó cuando nos llegó el rumor de que en el accidente aquel hubieron víctimas fatales, y no podíamos hacer nada mas que tratar de enterarnos quien había muerto, llamando a todo el mundo para tener algo de información, pero nadie nos aseguraba nada, solo supimos que nuestra compañera Francisca estaba grave y la llevaron en helicóptero a un hospital en Santiago, pero no sabíamos nada de la Yenny, estábamos todos muy desesperados por saber cómo estaba.
Hablamos con la directora del colegio, ya que ella al parecer ya sabía lo que había pasado, ella sin decirnos nada llamó al hospital y se enteró de todo. Nosotros en la sala de clases ya no tomábamos en cuenta a la profesora, nuestra desesperación era mucho más grande. De momento irrumpe en la sala la directora con los inspectores del colegio, fue tanta nuestra presión sobre ellos, que solo nos dijeron que nada era seguro aún, y se fueron inmediatamente, nosotros ya no sabíamos que mas hacer. Y unos minutos después, entran de nuevo la directora con los inspectores, y con palabras muy frías nos dice: -ya es seguro, su compañera Yennifer Bravo murió-. Nadie dijo nada, todos agacharon la cabeza y comenzaron a llorar. La directora nos dio la autorización supuestamente para que fuéramos a nuestras casas para pasar las penas con nuestras familias. Pero no, estábamos decididos que teníamos que verla con nuestros propios ojos, todo el curso salió del colegio inmediatamente, después de unos llamados telefónicos, nos subimos a la primera micro rumbo al hospital en donde estaba Yenny, cuando llegué al hospital con mi polola, entramos lo más rápido posible, ahí ya estaban otros compañeros y una tía de la Francisca, los funcionarios del hospital no nos podían dejar ver el cuerpo de nuestra compañera, pero fue tanta la presión que hicimos para que podamos verla, que no tuvieron otra opción que permitirnos verla, cuando entré al lugar en donde estaba su cuerpo, que era una especie de morgue, iba viendo a mis compañeros con sus ojos llenos de lagrimas y ya habían algunos compañeros adentro de la sala en donde estaba el cuerpo de mi compañera y amiga, yo no dudé en entrar de inmediato, tenía que verla, tenía que convencerme, cuando al fin entro y la veo acostada en aquella camilla, me quebré por completo, mi llanto era incesable, lo estaba viendo, pero aún así no podía creer lo que veía, todos mis compañeros que tuvieron el valor de entrar a verla estaban a su alrededor, nadie era capaz de decir nada, fue como un minuto, que estuve al lado de su cuerpo por última vez antes de que el funcionario del hospital nos dice que ya nos teníamos que retirar, porque el corría mucho peligro si estábamos nosotros ahí. Cuando ya aceptamos lo que estábamos viendo comenzamos a retirarnos lentamente, sin poder decir una palabra aún, cuando ya estábamos afuera del hospital, algunos dijeron que tenían que ir a ver a la Pancha, sabíamos bien que era imposible que nos permitieran verla en el estado que estaba, además debe haber estado siendo intervenida por doctores en ese momento, sin embargo algunos compañeros partieron igual a Santiago, yo solo volví a mi casa con mi polola, aún sin tener palabras que decir, y con mis lagrimas sin cesar. Ya no había nada por hacer...